
Si buscas un paraje remoto, tranquilo y auténtico en Japón, con paisajes naturales increíbles, el valle de Iya es tu lugar de escape. Lo que vas a encontrar en esta región son grandes montañas con picos densamente poblados por bosques, con gran variedad de colorido según la época del año en la que lo visites. El valle, o los diferentes valles que se forman por el recorrido de los ríos Iya y su afluente el Oboke, son las arterias naturales del área de Miyoshi.
El puente colgante de Kazurabashi es uno de los más famosos de Japón y fue construido originalmente con lianas de montaña, kazura (葛) y madera. Las lianas, resistentes pero flexibles, se entrelazaban para formar la estructura, lo que le da un aspecto rústico y una ligera inestabilidad que aún hoy emociona a los visitantes. Hace más de 800 años el clan guerrero de los heike buscó refugio en las montañas de Iya y, para mantenerse a salvo y controlar los accesos, construyeron puentes colgantes como este, con materiales naturales que podían cortar rápidamente en caso de ser perseguidos. Hoy en día, aunque el puente se reconstruye cada pocos años por seguridad y contiene cables de acero ocultos, sigue manteniendo su aspecto y estilo tradicional.

Para desplazarte por la zona puedes utilizar las líneas de autobuses que existen entre Oboke, donde está una de las estaciones de tren más cercanas, y el resto de poblaciones y lugares naturales destacados. Pero si buscas poder moverte con independencia sin duda lo mejor es alquilar un coche. En general las carreteras son poco transitadas y están bien pavimentadas, aunque la zona entre Kazurabashi y Nishiiyayamamura Tanouchi posee altos acantilados con bastante curvas en los que debes ir despacio. En este trayecto conocido como Nana Magari, quizás uno de los más hermosos de la región, hay bastantes apeaderos donde poder parar y admirar las impresionantes vistas. Justo antes de la famosa estatua del Manneken Pis se encuentra uno de los mejores alojamientos de la zona, el Iya Onsen. Este hotel ofrece habitaciones tradicionales japonesas, una restauración deliciosa y dos increíbles onsen, uno de ellos situado en el fondo del valle y que sólo es accesible por teleférico.






El río Yoshino, es famoso por sus rápidos y hay empresas locales que ofrecen excursiones de rafting y barranquismo, adecuadas tanto para principiantes como para aventureros experimentados. Además el valle cuenta con numerosas rutas de senderismo que atraviesan bosques y montañas. El monte Tsurugi, la segunda cumbre más alta de Shikoku, se sitúa en el remoto Oku-Iya. Su nombre 剣 significa espada y se dice que allí está enterrada la espada del emperador Antoku. Es el único lugar en Shikoku donde habitan osos, aunque rara vez se ven.
Otra experiencia que recomendamos es subirte al Okuiya Kanko Shuyu Monorail (奥祖谷観光周遊モノレール), el monorraíl más largo del mundo. Recorre unos 4,6km de la montaña Okuiya, el punto más alto llega a los 1.389 metros y el tramo más empinado está a 40 grados. El recorrido, de unos 70 minutos de duración, recorre zonas sin carreteras ni senderos con unas espectaculares vistas de las montañas.

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